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en Panamá, y también amigo de Torrijos, en calidad de Observadores In-
ternacionales, invitados por el régimen a presenciar las elecciones. Cierta-
mente, la actuación de López Michelsen no ayudó en nada a cambiar la
realidad detrás de esa lamentable imagen que tiene Panamá en el exterior.

Aunque vio con sus propios ojos las credenciales espurias y las pa-
peletas de votación circulando libremente antes de las elecciones, elogió
luego el supuesto civismo del proceso electoral. Avalando así lo que en su
país hubiera denunciado enérgicamente y sin vacilaciones. Jorden también
observó, pero tampoco habló. Regresaron a sus respectivos países tan
pronto terminó el día de las elecciones. En fin, cumplieron a cabalidad su
función de observadores “amigos”.

Ahora bien, el Comité Panameño por los Derechos Humanos había
invitado, por su cuenta, a 3 respetadas personalidades norteamericanas a
que observaran de verdad las elecciones de 1984.

Ellos fueron el Padre Robert Drinan, S.J., profesor de Derecho de la
Universidad de Georgetown y prestigiosa figura en el movimiento de los
Derechos Civiles en Estados Unidos, el Dr. Raymond D. Gastil, jurista in-
ternacional, defensor de los Derechos Humanos, observador en elecciones
de varios países y Jack Hood Vaughn, experto en Derecho Internacional,
quien había sido el primer embajador estadounidense en Panamá después
de la ruptura de relaciones entre ambos países por los sucesos de Enero de
1964. Estos señores “recorrieron distintas mesas de votación [en la ciudad
de Panamá] y luego se trasladaron al interior de la República, donde tam-
bién visitaron numerosos recintos electorales. También visitaron el Tribu-
nal Electoral, las sedes de la ADO y de la UNADE y sostuvieron numero-
sas conversaciones con personas representativas de la sociedad panameña”.
57 Por lo demás, permanecieron en Panamá durante varios días después del
6 de mayo. En otras palabras, observaron de cerca el proceso electoral. Re-
gresaron luego a su país y escribieron un informe cuyas conclusiones fue-
ron publicadas en la primera página de La Prensa el 2 de junio del pre-
sente año, de donde extraemos los siguientes párrafos (El subrayado es
nuestro):

“La ventaja reconocida del gobierno en lo concerniente a los medios de
comunicación social, así como en lo referente a las disposiciones públicas y

ble” desde el 11 de octubre de 1968, fecha en que los militares tomaron el poder. El sistema político an-
terior a Torrijos, a pesar de sus múltiples defectos, permitió la alternación en el poder, a través de elec-
ciones populares, por lo menos en 2 ocasiones recientes, 1960 y 1968.
57 La Prensa, 2 de junio de 1984, pág. 1A.
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