Page 140 - ASI_FUE_EL_FRAUDE_eBook
P. 140
La campaña del oficialismo comenzó con la imposición de Barletta
como el candidato del PRD. Órdenes del Estado Mayor. Allí están las pala-
bras de Ernesto Pérez Balladares citadas en el capítulo inicial (“si hablo me
meten preso y Uds. saben quién mete preso en este país”). Allí están los
cables de ACAN-EFE y el informe preparado por el Center for Strategic &
International Studies” de la Universidad de Georgetown, Washington D.C.
Y, sobre todo, allí está la perspicacia del pueblo panameño que bautizó a
Nicky como el “candidato de los cuarteles”.
La campaña transcurrió con el abuso diario de los recursos materia-
les y personales del Estado. Banderines del PRD hechos en el Ministerio
de Gobierno y Justicia. 15,000 galones de gasolina utilizados por el PALA
en Chiriquí y pagados por el Ministerio de Obras Públicas. Numerosos
vehículos oficiales utilizados para fines partidistas. Numerosos funciona-
rios del Estado dedicados a la política, etc. etc. etc. Simultáneamente a los
empleados públicos se les sometió a una intensa campaña de intimidación.
“No es obligatorio, pero mejor que no faltes”, se escuchó frecuentemente
en todas las dependencias oficiales. “Vota con nosotros o perderás tu
puesto”, se implementó en un número plural de casos, como hemos demos-
trado con nombres y apellidos.
La campaña terminó con la exclusión casi total de la oposición de
los medios de comunicación masiva. Exclusión esta que se venía acen-
tuando a medida que se acercaba el 6 de mayo y la cual incluyó el cierre
injustificado de programas de radio, calumnias infames y descabelladas,
parcialización irresponsable y desconocimiento de las reglas del juego que
los propios medios habían establecido.
Vimos también el lamentable espectáculo que presentó un Tribunal
Electoral abiertamente parcializado y sobre el cual su Presidente no ejercía
un control efectivo.
Llegó el ansiado 6 de mayo y el fraude, propiamente dicho, salió de
su oscura madriguera y se adueñó del país. Listados oficiales alterados,
compra masiva y sistemática de votos, impugnaciones arbitrarias, robo de
actas en la madrugada y, finalmente, el nefasto “Comando Especial del
PRD”, dueño y señor de las calles, disparando a mansalva y vanaglorián-
dose luego de su infame actuación. Y todos estos crímenes ocurrieron bajo
la mirada protectora o con la activa participación, del Estado Mayor de las
Fuerzas de Defensa y de los dirigentes de la UNADE.
136