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impidió todo acceso del público a la Junta Nacional de Escrutinio, incluso
el de periodistas acreditados por el propio Tribunal Electoral. (Ver Anexo
3).

En esta corporación electoral los representantes de los 3 partidos de
oposición encontraron una barrera insalvable para realizar su labor
escrutadora. Los representantes de los partidos del gobierno, así como del

Partido Panameñista Auténtico (PPA) votaron invariablemente en contra
de cualquier intento de examinar las actas circuitales a la luz de las actas
levantadas en las mesas de votación. Cabe recordar que la Junta Nacional
de Escrutinio tenía en su poder copias de las actas de mesa, cuyos totales
se deben reflejar en las actas circuitales. Sin embargo, no se permitió el

cotejo de las actas de mesa con las actas circuitales alteradas. No se
permitió a los representantes de la oposición mostrar como prueba del
fraude las actas circuitales genuinas que tenían en su poder, aún cuando las
actas circuitales que se presentaban en la Junta Nacional aparecían sin la
firma de los representantes de los partidos de oposición y con alteraciones
ostensibles. En las seudo-deliberaciones de la Junta Nacional no se

permitieron las cuestiones de orden, ni las explicaciones de votos,
elementos básicos en cualquier debate organizado. No se permitió la
discusión de ningún documento que no fuera el suministrado por los
funcionarios del Tribunal Electoral, aunque estuviese visiblemente
alterado. Finalmente, el Presidente de la Junta, en un acto insólito de

subordinación a los designios fraudulentos del régimen, llegó a decir que la
función del máximo organismo escrutador del país era simplemente “leer y
sumar” las actas de las Juntas Circuitales, sin importar que éstas llegaran al
recinto adulteradas en forma descarada, con burdos borrones, con firmas
falsificadas o simplemente sin las firmas de los representantes de la
oposición.

Pese a todo ello, el margen de victoria de la oposición fue tan amplio
y, por ende, tan inocultable, que la dictadura, ante la realidad de que se le
frustró el fraude, tuvo que dar marcha atrás y anular las elecciones.

4. Los Observadores Internacionales no Oficiales:

A Panamá vinieron más de 300 observadores internacionales,
provenientes de 21 países americanos y europeos, invitados principalmente
por la Comisión Panameña de Derechos Humanos. Al día siguiente de las

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