Page 57 - ASI_FUE_EL_FRAUDE_eBook
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en diarios que habían sido arrebatados a sus legítimos dueños y que subsis-
                  tían gracias al aporte que les daba el Estado con los impuestos de todos los
                  panameños.

                         A continuación, para terminar estos comentarios sobre la prensa pa-
                  nameña, haremos algunas observaciones sobre el diario Ya, el sexto perió-
                  dico que circula en Panamá.

                         Ha sido de oposición, pero su limitada circulación impidió que tu-
                  viera un efecto significativo en la opinión pública nacional. También se
                  notó que cuando todavía La Prensa denunciaba en primera plana el fraude
                  electoral, Ya adoptó una posición de resignación y de “borrón y cuenta
                  nueva”.

                         En resumen, durante las elecciones la prensa en Panamá se caracte-
                  rizó por la parcialidad, más o menos marcada, de La Estrella a favor del
                  régimen, el apoyo desmedido, la mendacidad y los insultos de los diarios
                  de ERSA y la postura valiente y decidida de La Prensa, especialmente en
                  lo que se refiere a la denuncia del fraude.



                            B. Radio



                         Panamá no es un país de lectores. En sus mejores días La Prensa al-
                  canza 40,000 ejemplares. En cambio, sí es un país de radioescuchas, espe-
                  cialmente de 6 a 9 de la mañana. Durante este período cientos de miles de
                  personas escuchan a los más diversos locutores comentar desde los temas
                  más pueriles y absurdos hasta temas nacionales de importancia, intercala-
                  dos con música de Vivaldi.

                         Como era de esperarse, los comentarios políticos monopolizaron el
                  espacio radial durante los meses de la campaña. Por los diferentes progra-
                  mas desfilaron representantes de todos los partidos, quienes pudieron ex-
                  presar sus ideas libremente. Pero, a medida que se acercaba el 6 de mayo,
                  se comenzó a sentir la parcialización a favor del régimen de aquellos locu-
                  tores que habían profesado independencia. Igualmente sucedió con las más
                  importantes emisoras y, finalmente, la aparente neutralidad de las autorida-
                  des se convirtió en franca y decidida persecución.





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