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8,000 guardias y se lo entregó al PDC, el 5 de mayo, un día antes de las
elecciones.
Aquí sucedieron dos hechos. El primero es la obvia violación al Có-
digo Electoral en que incurrieron las Fuerzas de Defensa y el mismo Tribu-
nal Electoral, en relación con las fechas en que estaban obligadas a entre-
gar el “Listado Especial”. Y el segundo, más grave en términos de produc-
ción de votos fraudulentos, fue que se dio la posibilidad de que, por lo me-
nos, 8,000 guardias y 9,000 otros funcionarios votaran dos veces sin nin-
guna supervisión o control de parte de los partidos de oposición.
Finalmente, como un elemento adicional que refuerza las acusacio-
nes de los párrafos anteriores, mencionaremos el irrefutable y asombroso
hecho de que Maximiliano Gordon, Director de la Dirección de Sistemas
del Tribunal Electoral, es decir, el funcionarios encargado de las compu-
tadoras, las que producirían las listas oficiales de votantes, fue detenido du-
rante 2 a 3 horas –hasta donde se tiene conocimiento– la noche del día 4 de
mayo por negarse a cumplir alguna orden de las Fuerzas de Defensa.
¿Quién sabe que hicieron con las computadoras, en ausencia de Gordon,
los miembros de las Fuerzas de Defensa presentes en el Tribunal Electoral?
¿Fue entonces cuando se cometió el fraude “cibernético” o fue
cuando se elaboraron los llamados “listados brujos”? Estos novedosos ins-
trumentos del fraude consistieron en listas de votantes para mesas específi-
cas, ubicadas en regiones en donde el régimen conocía su falta de populari-
dad, como sucedió, por ejemplo, en el Circuito 4-4, en la región indígena
guaymí. Las listas en cuestión incluían simpatizantes del régimen que no
hubieran podido votar, pues no aparecían en el Registro Electoral y, ex-
cluían a reconocidos simpatizantes de la oposición.
Probablemente, nunca sabremos con exactitud lo que sucedió con las
computadoras en ausencia de Gordon. Lo que sí sabemos es que la Direc-
ción de Sistemas del Tribunal Electoral estuvo bajo control directo de las
Fuerzas de Defensa la noche del 4 de mayo y no, precisamente, para efec-
tuar reparaciones. Además, después de las elecciones no se permitió, du-
rante varios días, que Gordon regresara a su oficina.
¡Y después Nicky diría que ganó en buena lid!
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