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B. Las credenciales espurias
El diario La Prensa, del domingo 6 de mayo, trajo en primera plana
la fotocopia de un documento del Tribunal Electoral, firmado en blanco y
que autorizaba al portador a votar en cualquier mesa. El documento tam-
bién dejaba “constancia de que la persona a que se refiere esta credencial
se encuentra inscrita en el Registro Electoral”. Los partidos de la UNADE
dispusieron de este formulario en profusión y, obviamente, en forma ilegal.
De esta manera introdujeron al proceso electoral miles de personas que no
estaban inscritas en las listas de votantes. Estas credenciales fraudulentas
también se utilizaron para que miles de personas votaran fuera de su cir-
cunscripción, con el propósito de favorecer a algún candidato a legislador
favorito del régimen. Copia de las mismas le fue presentada a observadores
internacionales de Colombia y Estados Unidos, específicamente al expresi-
dente Alfonso López Michelsen y al exembajador William Jorden. De nada
sirvió. Y nada dijeron sobre ello (Ver Anexo No. 17). Las credenciales
“circulaban libremente por la ciudad capital el día antes de las eleccio-
nes… Varias de ellas fueron enviadas anónimamente a la redacción de La
Prensa, mientras que otras las hacían llegar de la misma manera, a diferen-
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tes personas vinculadas a partidos de oposición”.
¿Cuántas personas utilizaron estos documentos para votar dos o más
veces, de acuerdo con el número de credenciales que poseían? ¿Cuántos
votos obtuvo la UNADE de esta forma?
Juzgando por la liberalidad con que circulaban estas credenciales es-
purias seguramente hubo miles de ellas en existencia. Y el margen final de
la presunta victoria de Nicky fue de solo 1,713 votos.
“… diferentes mensajes telefónicos confirmaron anoche a este diario
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que el Distrito de San Miguelito se encuentra ‘inundado de credenciales”.
También circularon en abundancia papeletas de votación de partidos
de la UNADE. La circulación de estas papeletas previamente a las eleccio-
nes estaba prohibida por el Código Electoral, ya que posibilita la compra
de votos. Pero circularon impunemente y en abundancia.
25 La Prensa, mayo 6, 1984, pág. 1A.
26 Ibidem.
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