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El adujo, al contestar una pregunta, no tener pruebas de la presión de que
eran objeto los empleados públicos para que apoyaran su candidatura. Sin
embargo, hacía escasas semanas que el diario La Prensa había publicado
en primera página la fotocopia de un memorándum enviado por el director
de una empresa estatal a todos los empleados solicitando su presencia en
un acto a favor de Barletta (Ver Anexo No. 3). Pero Nicky adujo no tener
pruebas y fue abucheado. Esto sucedió ante una audiencia de sobrios hom-
bres de empresa, entre los cuales seguramente había un significativo nú-
mero de sus simpatizantes. Frente a una audiencia más representativa del
pueblo, tal cinismo probablemente hubiese sido contestado de una forma
más agresiva.

Barletta estaba comenzando a demostrar sus habilidades histriónicas
y evidentemente no eran tan buenas como Noriega había pensado.

El principal recurso del Estado, al igual que el de cualquiera otra or-
ganización, es el recurso humano. Comencemos esta sección relatando las
presiones de que fueron objeto los empleados públicos.

A. “No es obligatorio, pero mejor que no faltes”

El Estado panameño emplea alrededor de 150,000 personas, ubica-
das a través de toda la República. Con una población electoral de 917,000
votantes, es obvio que ellos representaban un segmento importante del
electorado.

Lo primero que hizo Nicky fue enviarle a cada uno de ellos, utili-
zando repetidas veces su nombre y apellidos, una carta en la cual solicitaba
su opinión sobre algunos problemas nacionales. También incluía un omi-
noso y melodramático párrafo que decía: “Sobre miles y miles de familias
se cierne ahora la amenaza de que como en el pasado, el próximo cambio
de gobierno se convierta en la ruina de la economía de sus hogares”. En
otras palabras, “si yo no gano los despedirán inmediatamente”. Un suceso
que ocurrirá en buena medida con la toma del poder por la UNADE, pues
en ella hay 5 partidos ávidos de entrar a las planillas oficiales, ya que han
estado fuera de ellas por 16 años. Además, las restricciones financieras im-
puestas a la República de Panamá por el Fondo Monetario Internacional y
el Banco Mundial, conocidas íntimamente por Nicky y, por las cuales él es
en gran parte responsable, estipulan una reducción en los gastos corrientes
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