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a) “Los funcionarios electorales designados en número
plural de Mesas de Votación en el Circuito 4-4 se nega-
ron a entregar copias del Acta levantada a los jurados
del PDC”. (Habiendo sido el PDC el partido de la
ADO que más jurados logró ubicar en este remoto cir-
cuito electoral y negándole copias de las actas a sus ju-
rados, las actas oficiales se podían alterar y no habría
evidencia de los verdaderos resultados en poder de la
oposición).
b) “Se utilizaron en número plural de Mesas de Votación
registros electorales no oficiales, entregados por el Par-
tido Liberal de la UNADE”. (Estos eran los llamados
‘Listados brujos’. Seguramente producidos por las
computadoras del Tribunal Electoral durante el período
en que estuvieron bajo el control directo de las Fuerzas
de Defensa, la noche del 4 de mayo).
Sin embargo, a pesar de la gravedad de las acusaciones, de la rela-
tiva facilidad con que podían ser comprobadas, de lo trascendental de sus
repercusiones, del prestigio profesional del abogado que presentó el re-
curso y de la seriedad comprobada del partido político demandante, la Ma-
gistrada Yolanda Pulice de Rodríguez decidió rechazar el recurso en me-
nos de una página, porque el poder otorgado a Arosemena no había sido
presentado personalmente por su poderdante, el Presidente y Representante
Legal del PDC, Dr. Ricardo Arias Calderón. El Magistrado Rolando Mur-
gas Torraza votó a favor de la histórica e insólita resolución y la firmó. En
cambio, el Magistrado César Quintero salvó su voto, es decir, votó en con-
tra de la mayoría, pero a pesar de su voto contrario, firmó la resolución
mencionada.
Veamos cómo se refirió Quintero al fraude del Circuito 4-4 y a su
Salvamento de Voto en la entrevista publicada en La Vanguardia, citada
anteriormente: (el subrayado es nuestro)
“Señala que, en su opinión, la denuncia más grave y la que parece más
fundamentada es la referente al llamado ‘Circuito 4-4’, de población indí-
gena, al oeste de Chiriquí. ‘Aquí se denunciaron irregularidades que impli-
can una mayoría de 3,600 votos a favor del Gobierno, una mayoría falsa,
que si desapareciera cambiaba el resultado de las elecciones en favor del
candidato de la oposición. Por eso salvé mi voto, porque dije que, aunque
hubiese defectos formales en la demanda, el Tribunal sí debía esclarecer
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