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Habiendo resuelto todas las impugnaciones utilizando el expedito
método de rechazarlas todas por “motivos de forma” y habiendo creado la
modalidad del “limbo jurídico”, mencionado anteriormente, no habiendo
hecho absolutamente nada con relación al 6.45 % de los votantes cuya de-
cisión fue ignorada con desdeño y habiéndole escamoteado, por lo menos,
940 votos a la oposición en San Miguelito, el Tribunal Electoral, mediante
Resolución No. 235 de 20 de mayo de 1984, proclamó al Dr. Nicolás Ar-
dito Barletta, Presidente electo de la República de Panamá. César Quintero
salvó su voto y le empañó la celebración a Nicky. Claro está, que la hu-
biera arruinado totalmente, quizás hasta la hubiera imposibilitado, si se hu-
biera negado a firmar la espuria resolución, pero César Quintero se do-
blegó y la firmó. Nuevamente, salvó su voto, pero no su nombre.

Las razones que indujeron a Quintero a votar en contra de la Procla-
mación de Barletta fueron las mismas que motivaron su previo Salvamento
de Voto. Específicamente “se denunciaron irregularidades [en la Zona In-
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dígena de Chiriquí ] que, de ser ciertas, podían incidir en los resultados de
las elecciones presidenciales; por esta razón reitero el salvamento de voto
que anteriormente presenté.

“He de advertir, a quienes no están familiarizados con los procedi-
mientos judiciales, que por precepto legal tengo la obligación de firmar y
acatar la decisión mayoritaria del Tribunal. Por tanto, es mi deber firmar
esta Proclamación y suscribir y entregar las credenciales que, como ordena
la ley, deben ser expedidas a favor de los candidatos declarados triunfado-
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res”.
“El poder se nutre de la sumisión de todos los ciudadanos obedien-
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tes”.

37 Un elemento más que convalida las acusaciones de fraude en el Circuito 4-4, encontramos inesperada-
mente en la página 20A de La Prensa del 29 de julio de 1984. Apareció allí una carta enviada al presi-
dente Illueca por una empleada de la DIGEDECOM, en la cual menciona a un “joven Jiménez que robó
las urnas del Circuito 4-4”. La carta, además, es una patética muestra de la manipulación oficial de que
fueron objeto los empleados públicos durante la campaña electoral. Su texto completo se encuentra en el
Anexo No. 26.
38 Salvamento de Voto del Magistrado César Quintero, La Estrella de Panamá, 23 de mayo de 1984,
pág. A-11. El texto completo, al igual que el de la Resolución No. 235 del Tribunal Electoral, se encuen-
tran en el Anexo No. 27 y No. 28, respectivamente.
39 Bukovski, Vladimir: El viento sopla otra vez, Editorial Argos Vergara, S.A., Barcelona, 1978, pág.
33.

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