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causó revuelo. ¿Quién era el “encapuchado”? ¿A qué operaciones fraudu-
lentas se refería?
No se tiene conocimiento de la identidad de este misterioso perso-
naje. Los diarios oficialistas, como era de esperar, acusaron a la oposición,
específicamente al Partido Demócrata Cristiano, de haber simulado la en-
trevista. Sin embargo, nunca se supo quién fue el famoso “encapuchado”.
Ahora bien, las televisoras estadounidenses son extremadamente cautelo-
sas con este tipo de noticias, debido a lo estricta que es la Justicia en ese
país con relación al uso indebido de los medios de comunicación. Por lo
tanto, no debemos tener la menor duda de que el “encapuchado” era legí-
timo y de que se alteraron un número plural de actas en el Tribunal Electo-
ral. No sería la primera vez que un funcionario, asqueado por las continuas
violaciones a la ley que suceden a su alrededor, decide desde el anonimato
acusar a sus colegas.
En relación con la ventaja fraudulenta fabricada a favor de Barletta,
sabemos a ciencia cierta que el Acta del Circuito 4-4 fue alterada en el Tri-
bunal Electoral la noche del 9 de mayo. Pero en este fraude solo le dieron a
Barletta alrededor de 2,713 votos adicionales. ¿Qué otras actas circuitales
fueron alteradas o qué otros fraudes se cometieron en el Tribunal Electo-
ral? Recordemos que la Junta Nacional de Escrutinio solo escrutó 5 actas,
por lo tanto, cualquiera de las otras 34 actas pudo haber sido alterada para
darle a Nicky más votos que los que había ganado.
Finalmente, la excepción que prueba la regla. No todos los miem-
bros del Tribunal Electoral eran deshonestos o sumisos, arbitrarios o débi-
les. El Ing. Roberto Reyna Rodríguez, Suplente del Magistrado Presidente
César Quintero, renunció el 23 de mayo a su cargo. La Prensa publicó su
renuncia en la primera página del día siguiente: “He tomado esta determi-
nación –dijo Reyna–, porque no deseo tener nexo alguno con una entidad
como el Tribunal Electoral, que con su participación inepta y parcializada
en las elecciones del 6 de mayo y en los acontecimientos anteriores y pos-
teriores a ellas, ha defraudado a todo un pueblo que ingenuamente creyó en
su seriedad institucional…”. El texto completo de la renuncia de Reyna se
encuentra en el Anexo No. 36.
Las acciones fraudulentas cometidas por el régimen y relatadas hasta
este momento no han incluido violencia física. Pero sí hubo. Hubo dos
muertos y numerosos heridos. Y ellos, los muertos, no fueron el resultado
de accidentes inevitables, lo tradicional en las apasionadas campañas polí-
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