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tanto, que atar ciertos cabos. Es decir, manipular a los otros aspirantes para
que desistieran de sus fútiles ambiciones presidenciales.
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Tecnócrata por excelencia, incapaz de encender el ánimo de una
multitud, ausente del país por 6 años, sin contacto con las bases del par-
tido, del cual ni siquiera era miembro, Ardito Barletta era un bocado difícil
de tragar. Pero tenía el apoyo de la Guardia y, presumiblemente, de Esta-
dos Unidos y con esos dos padrinos son pocos los políticos panameños que
no se dejan “convencer”.

Por consiguiente, el 6 de enero de 1984, apropiadamente el día de
los Reyes Magos, y en un cuartel militar esta vez el cuartel de Tinajitas, la
dirigencia del PRD y el Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa celebra-
ron otra reunión, en el curso de la cual Nicolás Ardito Barletta fue decla-
rado el precandidato oficial del PRD para la Presidencia de la República.

La noticia causó revuelo. ACAN-EFE la había enviado a sus corres-
ponsales por todo el mundo, describiendo la reunión de la siguiente ma-
nera: “El Directorio del oficialista Partido Revolucionario Democrático
(PRD) lanzó la candidatura presidencial del Dr. Ardito Barletta, exministro
y funcionario del Banco Mundial, para las elecciones de mayo próximo.
Los dirigentes del PRD mantuvieron con el comandante de las Fuerza de
Defensa, General Manuel Antonio Noriega, una reunión en la que, según
las fuentes, hubo regocijo y apoyo a la postulación”.

Las Fuerzas de Defensa, de pronto preocupadas por su imagen, ne-
garon rotundamente que habían influido en la decisión del PRD. Inclu-
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sive presentaron denuncia por “desinformación” contra la agencia ACAN-
EFE, la cual “explicó” la noticia, pero no se retractó. Y la pregunta que se
hacían miles de panameños continuaba siendo idéntica a la que hizo el dia-
rio La Prensa en su columna editorial Hoy por Hoy, del 12 de enero:
“¿Cómo se produjo el milagro de que la precandidatura presidencial de Ar-
dito Barletta, una de las tantas que se discutían acaloradamente antes de la

2 Ernesto Pérez Balladares, exministro de Estado, exsecretario General del PRD, “protegé” de Torrijos,
considerado por muchos como el favorito de las bases del partido para aspirar a la Presidencia de la Re-
pública, se resistía a aceptar la imposición de Barletta y llamó a una reveladora conferencia de prensa, el
15 de febrero, en la cual manifestó: “Siempre vienen los mensajeros oficiosos, entonces alguien se me
acerca y me dice: me acaban de llamar e informar que si tu hablas hoy te iban a meter preso… Uds. sa-
ben quién mete preso en este país”. Resaltó, además, que “las Fuerzas de Defensa deben retirarse de los
asuntos políticos…”. La Prensa, 16 de febrero de 1984, Pág.10c.
3 Un estudio titulado Las Elecciones Presidenciales y Legislativas de Panamá, julio 9, 1984, preparado
por el Center for Strategic & International Studies, de la Universidad de Georgetown, Washington, D.C.,
afirma en su página 19: “… la selección [de Barletta] fue posible, en gran parte, gracias al respaldo de
Noriega y de otros elementos dentro de las Fuerzas de Defensa”.
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