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inmersos actualmente desligarse totalmente del quehacer político”. (El sub-
rayado es nuestro) A Esquivel le faltó mencionar lo más importante: “Ellas
no quieren”.

El caso del Partido Panameñista es aún más bochornoso y la compli-
cidad de los cuarteles más directa y fraudulenta. En abril de 1981, Luis
Gaspar (Toti) Suárez y Alonso (Bucho) Pinzón, antiguos lugartenientes del
Dr. Arnulfo Arias, se toman el nombre y los símbolos del todavía no ins-
crito Partido Panameñista y deciden inscribirlo ellos, obviamente sin la
aprobación de Arnulfo. En esta faena fueron aupados por el mismísimo
General Torrijos, como lo reconoció luego uno de los cómplices, entonces
Director de Organización Electoral y Magistrado Suplente del Tribunal
Electoral. Un robo audaz que no hubiera podido ser consumado sin la com-
plicidad de las autoridades electorales.

Desde el inicio de esta inscripción, falaz en su misma concepción, se
comenta insistentemente que el Tribunal Electoral está colaborando con el
fraude. Finalmente, el Partido Acción Popular denuncia el delito en julio
de 1981 y, en enero del siguiente año, se logra anular más de 50,000 firmas
obtenidas fraudulentamente con la cooperación directa de funcionarios
electorales y el apoyo de la Guardia Nacional. Sin embargo, Suárez y Pin-
zón consiguen perpetrar su descarado robo y en marzo de 1983 alcanzan
supuestamente la cifra requerida de 30,000 adherentes. Un partido que
nace gracias al fraude y cuya única razón de ser es engañar.

El FRAMPO, otro de los integrantes de la UNADE, es un vehículo
más de la cúpula militar. Se inscribe a fines de 1979, apoyado abiertamente
por el gobierno, quien necesita que el PRD tenga un compañero para jugar
a la política. En esencia es un departamento o un apéndice del PRD y, por
consiguiente, no es necesario analizarlo independientemente.

El resto de la UNADE lo conforman el PALA, el Republicano y el
PRD. Los dos primeros son partidos tradicionales de corte liberal, que es-
tán con quien tenga el poder y cuyo principal objetivo es alcanzarlo para
usufructuarlo. Se inscribieron bajo el patrocinio de Paredes durante el pe-
riodo en que su candidatura se perfilaba como la fórmula que mantendría
al Estado Mayor en el poder. Además, la inscripción del Republicano tuvo
algunos aspectos fraudulentos. Específicamente, uno de sus más destaca-
dos dirigentes fue acusado formalmente por el Partido Demócrata Cristiano
(PDC) de obtener inscripciones a cambio de dinero y licor. Sin embargo, a
pesar de que los delitos fueron ampliamente documentados, el delincuente
no sufrió pena alguna.
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