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violación del Artículo 269 de la Constitución Nacional, los miembros del
                  Estado Mayor vetaban rotundamente al Dr. Arnulfo Arias Madrid como as-
                  pirante a la Presidencia de la República. Ellos se tomaban así y para sí, el
                  derecho que tenemos los ciudadanos panameños de escoger a nuestros pro-
                  pios gobernantes.

                         Es conveniente hacer un breve paréntesis y relatar algunos de los
                  cambios constitucionales que se efectuaron en Panamá en mayo de 1983.

                         El artículo 2 de la Constitución de 1972 le otorgaba a la Guardia Na-
                  cional el derecho de regir la vida política de la nación, al declarar: “El po-
                  der público emana del pueblo, lo ejerce el Gobierno mediante la distribu-
                  ción de funciones que cumplen los Órganos Ejecutivo, Legislativo y Judi-
                  cial, los cuales actúan en armónica colaboración entre sí y con la Fuerza
                  Pública”. (El subrayado es nuestro). Al reformarse la Constitución, este ar-
                  tículo fue modificado, eliminándose la referencia a la Fuerza Pública. Ade-
                  más, se añadió el artículo 269, que establece explícitamente lo siguiente:
                  “… La Guardia Nacional en ningún caso intervendrá en política partidista,
                  salvo la emisión del voto”. Por consiguiente, las Fuerzas de Defensa esta-
                  ban constitucionalmente limitadas a desempeñar el papel clásico muy no-
                  ble, por cierto, de las fuerzas armadas en las democracias contemporáneas.
                  Es decir, un papel estrictamente profesional, el cual se limita a la protec-
                  ción de la vida y hacienda de los ciudadanos y a la defensa de la soberanía
                  e integridad territorial de la Nación.

                         Sin embargo, los hechos hasta ahora relatados demuestran que ese
                  “repliegue”, como ellos mismos lo llamaron, fue solo de palabra. Más ade-
                  lante se demostrará también como ese repliegue se convertirá en un deci-
                  dido ataque por la retaguardia.

                         Pero la intromisión de las Fuerzas de Defensa no se limitó a señalar
                  y a vetar nombres. Muchos antes de la fase electoral, el Estado Mayor ha-
                  bía, de una forma u otra, patrocinado, estimulado, financiado y dirigido, la
                  creación de los 6 partidos políticos que eventualmente formaron la
                  UNADE.

                         Veamos a continuación en que se fundamentan estas conclusiones.

                         En la convención del Partido Liberal celebrada en Chitré, el 28 de
                  marzo de 1981, se adoptó una clara política oposicionista. A medida que se
                  acercaban las elecciones de 1984, un grupo de prominentes liberales intere-
                  sados exclusivamente en usufructuar el poder y no en el establecimiento de
                  una verdadera democracia en Panamá, iniciaron maniobras para tomarse el
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